Sacrificio

 

El sacrificio del ciervo sagrado es mi película favorita del director griego Yorgos Lanthimos.

 

 

Todas las peliculas de Lanthimos son obras de arte y con ello quiero decir; imperecederas. Se hace necesario remarcar este aspecto porque hoy nos hemos creido aquello de que "todo el mundo puede ser un artista" y el resultado ha sido el sacrificio del arte, que ha terminado convirtiendose en esclavo de dos instancias censoras: la ideología y la corrección política.

 

Y es que si se deja penetrar la ideología en el terreno del arte, los grandes temas existenciales, eternos e inmutables a través del tiempo, quedarán subordinados a una idea utilitarista, dividiendo además al ser humano en partidos, grupos y minorías artificiales que ya solo serán capaces de ver el mundo a través del prisma que les proporciona su respectiva agrupación.

 

Por su parte la corrección política es el gran superyo, una instancia que aniquila toda posibilidad de auténticidad, moralizando algo que no es moral. La moral y la estética son dos esferas que deberiamos mantener radicalmente separadas, para evitar que se aniquilen mutuamente.

 

El filtro ideológico y la corrección política en el terreno del arte unicamente sirven para impedirnos discernir lo realmente bueno y dejarnos pensar en lo realmente importante. Que nunca será si en una obra aparecen más o menos mujeres, negros o personas con habilidades especiales.

 

Hoy más que nunca decimos arte y cultura sin saber de que estamos hablando.

 

Lanthimos si lo sabe.

En esta película utiliza la medicima moderna como excusa para hablar de salud, culpa, sacrificio y muerte. Temas que erroneamente relacionamos con siglos de hegemonias religiosas.

Hoy la secularización progresiva de la sociedad unida a la permanencia de estos temas nos muestra que esto no es así.Que solo hamos cambiado de vestiduras.

 

Hacía tiempo que la culpa y el sacrificio no estaban tan presentes como en este 2020.

 

El ciervo sagrado aborda criticamente un tema que hoy somos incapaces de criticar. Que creemos intocable considerando que cuando el experto habla los legos hemos de callar. Expertos que, a diferencia de los antigüos sacerdotes, ni siquiera son capaces de prometernos de la vida eterna pero que nos advierten de que la única alternativa a sus arbitrarios dogmas es la muerte.

 

Lanthimos, haciendo alarde de la genialidad que le caracteriza, confunde en esta película ciencia y religión para mstrarnos que en realidad nada ha cambiado. Que no hemos progresado. Al menos no en el ámbito moral. Y que no hay progreso sin sacrificio. La medicina moderna, cada vez más centrada en contar el mundo, en reducirlo a datos, ha conseguido sustituir la pregunta del porqué (el sentido) por la pregunta del qué (mecanismos). Pero un mundo sin sentido es un mundo inhabitable, en el que el ser humano se verá reducido a mero superviviente. El sacrificio del ciervo sagrado es una película de terror, pues un mundo en la que la ciencia aplicada (que lo reduce TODO a unas pocas variables controlables) ha triunfado es un mundo soporífero.

 

Un mundo ordenado en el que algunos prefieren no vivir.

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