"Fuera con el Pyramidon y todos esos remedios! A las causas de los dolores de cabeza en lugar de a la farmacia! Siento no conocer mejor su biografia, para saber, dónde se encuentra el origen de esos dolores de cabeza. Por otra parte, no se siente usted asqueada por lo artificial de las píldoras? No le resultan esos remedios -más allá de cualquier efecto que puedan tener, todavía más insoportable que sus dolores de cabeza- de los cuales uno puede al menos decir, que son naturales?
Por lo demás solo existe cura de persona a persona, como tambien el sufrimiento solo se transfiere de persona a persona..."
F. Kafka. “Cartas a Felice”
Según Hobbes, en su estado natural, el hombre es un lobo para el hombre. Se comporta con sus iguales de forma cruel. Menos conocida es otra frase de Hobbes, la otra cara de la moneda; el hombre es un Dios para el hombre.
Ambos aspectos son reales.
Las notivcias nos lo recuerdan todos los días; el hombre es su peor enemigo. Los acontecimientos más traumáticos, aquellos que dejan una huella más profunda y tienen un poder aniquilador más grande, son aquellos que el hombre provoca a sus iguales: violaciones, vejaciones, torturas, humillaciones, violencia, neligencia, guerras... dejan una marca mucho más profunda, agitan mucho más nuestra confianza básica, que cualquier catástrofe natural o accidente.
Es la intencionalidad de estos actos lo que los hace incomprensibles, in-integrables.
Lo que nos hace dudar -en el peor de los casos dejar de creer- de la naturaleza humana. De nuestros jefes, amigos, familiares y, en casos extremos ,de nuestros padres.
Y es que si el hombre es nuestro enemigo, entonces ¿quién nos protege?
Yo soy de la opinión de Kafka y pienso como él, que así como los mayores males vienen del hombre, tambien las curas más efectivas.
En un canal de television alemán hace unos días hicieron un programa sobre la relación entre la psique y el cuerpo. El título del programa era “Curate a ti mismo”, y mostraba gente que ante enfermedades mortales decidieron, no limitarse a ponerse en manos de la medicina tradicional sino hacer algo ellos mismos. En la mayoria de los casos echaron un vistazo a su vida y vieron que habían estado viviendo sin darle importancia a lo importante.
Lo que a la mayoria les faltaba eran relaciones personales satisfactorias.
Al final del programa el professor Schubbert puntualizó: No se trata de curarse a si mismo, nos curamos a través de los otros.
En la novela “Viaje al fin de la noche” el protagonista Ferdinand Bardamu,
traumatizado por sus experiencias en el frente, profundamente decepcionado por la mediocridad y absoluta falta de solidaridad del prójimo, concluye para sí una noche de
desesperación.
- Al final de las decepciones hay que volver, a pesar de todo, a los hombre.
Es lo que hay.
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