Locos

Es curioso que fuese Jaspers, un psiquiatra fenomenólogo, es decir, interesado en la "experiencia del sujeto", el que pusiera una traba más a la compresión del delirio, al definirlo como incomprensible desde el punto de vista psicológico.

 

Esto le viene muy bien a la psiquiatria actual, poco interesada en cómo sienten sus pacientes y dedicada a analizar genes y neurotransmisores, acuñar nuevas enfermedades, además de estar vendida a la industria farmacéutica.

 

Los que sufren de esquizofrenia son una clientela fiel y que da pocos quebraderos de cabeza. No porque se tenga un buen tratamiento para ellos, sino porque con este tipo de locos -los delirantes, los esquizofrénicos- no hay que dialogar (lo cual solo es cierto para la fase de delirio agudo).

 

La esquizofrenia es la locura. Loco es aquel a quién los demás no comprenden.

 

 

Los esquizofrénicos deliran, los delirios no son comprensibles y lo único que podemos hacer por ellos es medicarles. La medicación les impide pensar con claridad de forma que los delirios se reducen (al igual que el resto de los pensamientos). Y si bien a corto plazo el efecto es aliviante, a medio plazo acaban pagando el precio de una melancolia que además les priva de la posibilidad de entenderse ellos mismos.

 

La pildora del olvido.

La segregación de las disciplinas nos ha hecho que hoy nos encontremos en la absurda situación en la cual los psiquiatras

(mainstream) y químicos esán convencidos de que la causa de la esquizofrenia se encuentra en el desequilibro de los neurotransmisores, los genetistas en un gen alterado, los virólogos en un virus que afecta al cerebro etc...Las teorias psicosociales ya no están en boga, la terapia es "demasiado lenta y carece de estudios que demuestren sus efectos" (y si no se hacen nunca va a haber). El modelo bio-psico-social es decir, el que dice que la esquizofrenia no tiene una única causa, de facto solo sirve para mantener el estatus quo.

 

Y buscando la piedra roseta van apareciendo cada vez más datos que nos van alejando lenta pero sistemáticamente del supuesto objetivo que sería mejorar la calidad de vida del paciente. 

 

La mejora en su calidad de vida está más relacionada con el avance cultural -hoy no sería ético, en nuestra sociedad occidental atar a los locos- que con el de la psiquiatria propiamente dichos.  Y este avance cultural tambien tuvo un motivo utilitarista, la revolución industrial precisaba de mano de obra lo cual obligo a recalificar a algunos locos como capacitados para trabajar, y  de ese modo salieron del manicomio. Para ponerse a trabajar. Y si, quizás sea mejor medicarles que extirparles una parte del cerebro.

 

Decía Thomas Bernhard, y sabía de lo que hablaba ""de las catástrofes ocurridas a un hombre más tarde se podía dedicir la existencia de daños tempranos, a veces muy tempranos, en su cuerpo y en su alma. Sin embargo la medicina actual seguía aprovechando demasiado poco esos conocimientos. La mayoria de los médicos siguen sin investigar los motivos y se limitan a los esquemas de tratamiento más rudimentarios. Farsantes expedetores de recetas que rehusan ocuparse del estudio del alma de aquellos que, siguiendo una tradición funesta, se confiaban totalmente a ellos en su desvalimiento. Vagos y cobardes eran los médicos y confiarse a ellos significaba confiarse al azar y la insensibilidad total; a una pseudociencia. La mayoria de los médicos eran hoy "trabajadores no calificados de la medicina" y "los mayores mixtificadores".

 

 

Si te interesas, lector, por la mente humana no busques respuestas en los "Manuales psiquiatricos", en los cuales el saber se agota en el bautismo de los síndromes y la enumeración de sus síntomas.

 

Si quiere saber qué se esconde tras las autolesiones, los tics, la culpa, el suicidio y muchos más síntomas leete "Instrumental" de James Rodhes, un superviviente, como tambien los esquizofrénicos lo son.

 

Además Rodhes -a diferencia de los psiquiatras- ofrece una salida, que si bien no va a hacer desaparecer todos tus problemas, si puede dotar de sentido tu vida y hacer que valga la pena vivirla.

 

Y sin efectos secundarios.

 

 


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