Del dudoso orgullo de ser mujer...

Leo con algo de alivio el reciente manifiesto de un grupo de mujeres tránsfugas que se han atrevido a enfrentarse a la locura en la que se está convirtiendo la llamada lucha feminista occidental.

 

Huelga decir que dudo de que ninguna mujer con dos dedos de frente esté en contra de tener los mismo derechos que el hombre, del abuso sexual, de la mal llamada, violencia de género (violencia hay en los dos géneros) o del feminicidio. Utilizar estos argumentos para acusar a los que se atrevan a rechistar es demagogia.

 

La demagogía de un grupo radicalizado que pretende representar a todas las mujeres, pero por el que algunas hace tiempo que no se sienten representadas. 

 

Vergüenza ajena, más que orgullo de ser mujer, es lo que provoca leer algunos de los textos, que parece que ya nadie se atreve a criticar, con llamadas a "empoderarse", a la "venganza contra el Patrix" o afirmaciones con ninguna base, no ya científica sino lógica, como que "en tiempos anteriores al patriarcado las mujeres parían sin dolor", dolores de los cuales también se hace responsable al patriarcado y al hombre como su único representante.

 

El intento de resolver miserias individuales adscribiendonos a causas generales corre el riesgo de acabar en una lucha sin adversario. Por ejemplo en aquellos casos en los que la propia familia es más retrograda y víctima del Patrix que la sociedad en la que vive. Los hijos salen heridos y con ganas de luchar y a falta de un rival digno acaban luchando contra todo aquello susceptible de ser considerado micro-machismo. Y el abanico es amplio.

 

-Arreglate tu -decía Kierkegaard- que es lo mejor que puedes hacer por el mundo.

Empieza por tí, y cuando hayas terminado, entonces sigues.

Esto no es egoismo ni cobardía sino honestidad.

 

Si cobro menos que mi compañero -en occidente- quizás es porque no lo he negociado suficiente, porque soy extranjero o por cualquier otro motivo. Igual incluso porque él esta más preparado que yo; cosas más raras se han visto. No todo va a ser discriminación, y si lo fuese, ser mujer no es la única forma de ser discriminado. Achacarlo todo a la causa de género disfraza otros motivos, como el económico, al que le importa un pimiento el género.

 

A la vista esta; ahora el negocio es ser feminista y ahí está el capital.  Que ahora es feminista. Eso es lo que tiene el dinero, que no hace distinciones. Si hace falta se llamará dinera.

 

La cantidad de literatura que se está produciendo y vendiendo con el  único fin, y lo más triste, muchas veces el único contenido, de alabar a la mujer por el hecho de serlo y al parir como su gran logro. O no parir.

Libros que no triunfan por la fortaleza de sus argumentos ni por su calidad -de todo hay- sino porque se han puesto de moda.

 

Libros en los que se conjura un mundo matriarcal en el que se proyecta la tierra prometida.

 

Proyecciones como estás no son nuevas, seguramente se hayan hecho desde que el ser humano apareciese sobre la faz de la tierra. Y la tierra prometida no llega. Al contrario, la mayoría de las proyecciones de mundos mejores, hechos de gentes mejores, han terminado en desastre total y esto debería abrirnos los ojos.

 

Pero somos humanos e incapaces de reconocer patrones, siempre enredándonos en detalles, siempre creyendo que la nuestra es LA lucha, LA causa verdadera y justa.

 

Personalmente siempre pensé que uno podía enorgullecerse de algo que había hecho o conseguido. No me parecen motivo de orgullo compartir mensajitos en Faceboock o proclamarse feminista que es lo único que hace el grueso de las feministas -mientras por la noche se someten a dietas o van al gimnasio a cumplir con los estandares del odiado patriarcado.

 

Ser mujer es algo que viene (o no) con el nacimiento, por lo cual no hemos tenido que hacer nada y por eso mismo no es motivo ni de orgullo ni de vergüenza.

 

Y lo mismo vale para el hombre.

 

En este sentido los homosexuales tienen más derecho a reivindicarse, pues ellos al menos han tenido que dar un paso en sus vidas, hacer un acto de valentía, lo cual no puede afirmarse sin más de todas las feministas.

 

Y lo peor de todo es que, no contentas con la deconstrucción y consiguiente complicación del lenguaje, ahora han comenzado a atacar al arte, esperando que también éste se adapte a sus canones.

Y consiguiéndolo en algunos casos; operas a las que se les cambia el final, personajes literarios que se redefinen por ser demasiado machistas...

 

¿Qué esta pasando?!. 

 

El arte no se mide en categorias morales sino estéticas. El goce estético no tiene nada que ver con la moral. Uno puede ser un violador, y tener que responder ante la justicia por ello, sin que esto implique que haya que cambiarle el final a su obra. Ni quemarla. Si así fuese ya podríamos empezar la hoguera, porque con esos estándares, no se salva ni tu tía.

 

Por todo esto, e invalidando parte de lo que he dicho anteriomente, habría que aplaudir la valentía de estas mujeres que ofrecen, por fin, un contrapunto a este movimiento que está comenzando a degenerar.

 

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Comentarios: 3
  • #1

    Femitxoni (jueves, 11 enero 2018 21:46)

    Entiendo tu aversión a la moda de la creciente ola de feminismo y al femicapitalismo. Pero el problema es (como casi siempre) el capitalismo, no el feminismo en sí. Así hay quién se lucra vendiendo camisetas que lucen mensajes como “refugees welcome”, “help trans kids” o “free palestine”. Hoy en día puedes escoger la revolución que más te guste.

    Dudar de la violencia de género me parece desafortunado pues es un término acuñado para diferenciar las víctimas femeninas por el simple hecho de ser mujeres y que ha de contextualizarse dentro del marco actual. Los hombres sufren violencia, sí, y debe visibilizarse y denunciarse. Hablamos pero de otro tipo de violencia, pues es mucho menos probable que un hombre sea violado por cinco mujeres que al revés. Y si además te encuentras en un país con sistema judicial de tradición claramente heteropatriarcal, resulta que se dudará más de la víctima (quién será perseguida) que de los culpables (quiénes serán protegidos).

    Exigir el mismo sueldo que nuestros compañeros cuándo se tienen las mismas competencias que ellos no me parece tan descabezado cuando está demostrado que “ellos” cobran un 20% más que “nosotras”. Será que estan mejor preparados? Quizás ellos trabajan más horas y más duro? Antes de firmar el contrato, quería preguntarte algo… piensas quedarte embarazada en los próximos meses?
    El feminismo abraza tanto aquellas mujeres que hacen dieta y se pasan horas en el gimnasio cómo las que sacan a pasear sus blandas nalgas con estrías. Las que se maquillan y se pintan cómo las que optan por no depilarse. La cuestión, y el verdadero empoderamiento, es quererse a una misma en la propia condición de mujer.

    Ser mujer viene (o no) con el nacimiento. Nacer varón, blanco, rico, heterosexual y cisgénero también. Y no por eso renuncian a su oligarquía. No sienten necesidad de mostrar su orgullo, pues gozan ya de todo privilegio. Y no se trata de negar la diversidad dentro de la misma masculinidad, sino de ser conscientes del papel histórico que les ha sido moldeado a los hombres. Y aunque esté en su derecho de rechistar, aquí empieza la victimización del sujeto masculino. Que si son víctimas, que hacen cosas que han aprendido, que si esto siempre ha sido así, que si ella cuida al abuelo él arregla la tele, que si es lo que hay…

    Y no dudo de que la masculinidad se está reformando pero todavía queda trabajo por hacer.

    Estoy de acuerdo en que la cultura y las artes deben estar protegidas y regirse sólo por leyes estéticas, pero reducir la crítica de la lucha feminista a una simple “moda” de un “grupo radicalizado” me parece negar una realidad a la vez que un intento de mantener el orden patriarcal (y familiar) que tanto gusta al capitalismo…

    Y un pequeño extra, que me parece que te gustará...
    https://www.youtube.com/watch?v=XM-HJT8_esM

  • #2

    georgia (viernes, 12 enero 2018 06:31)

    En una cosa estamos de acuerdo, en que el problema es el capitalismo, y yo aun diría más: el ser humano. Y al capitalismo no lo subestimaria, se adaptaría a un regimen matriarcal, sea lo que sea esto o a cualquier otro regimen.
    No estoy reduciendo la critica feminsta, por supuesto que ha existido y existe el patriarcado, puede que se deba a que el hombre es (físicamente) más fuerte y tiene una necesidad mayor de reproducirse, lo cual le hace más activo en general. Pro esto son especulaciones mias.
    Y de nuevo, no estoy reduciendo la lucha feminista a una moda, estoy criticando los aspectos que en mi opinion se han salido de madre. En los que se están pasando de la ralla, o no crees que las feministas pueden estar equivocadas en algunos puntos?

  • #3

    Isa (domingo, 10 marzo 2019 20:11)

    Femitxoni, no puedes expresar mejor mi opinión.