El miedo a la soledad

"Dejame que fume porque me siento solo,

dame de fumar porque no quiero estar triste"

 

 

La palabra adicto viene del latín addictus y significaba originariamente muy favorable o inclinado a ..., dedicado o entregado a..., adjudicado legalmente a.... En alemán, antaño se hablaba de süchtig palabra que deriva de "sichen"; sufrir por alguna enfermedad.

 

El término Suchtig fue abandonadose con el tiempo, por ser poco específico, y actualmente se habla de síndrome de dependencia.

 

La clasificación internacional de enfermedades, CIE-10 lo define así:

 

F19.2 Síndrome de dependencia

 

Conjunto de manifestaciones fisiológicas, comportamentales y cognoscitivas en el cual el consumo de una droga, o de un tipo de ellas, adquiere la máxima prioridad para el individuo, mayor incluso que cualquier otro tipo de comportamiento de los que en el pasado tuvieron el valor más alto. La manifestación característica del síndrome de dependencia es el deseo (a menudo fuerte y a veces insuperable) de ingerir sustancias psicotrópicas (aun cuando hayan sido prescritas por un médico), alcohol o tabaco. La recaída en el consumo de una sustancia después de un período de abstinencia lleva a la instauración más rápida del resto de las características del síndrome de lo que sucede en individuos no dependientes.

 

 

Como vemos el manual reduce la adicción -patológica- al consumo de sustancias psicotrópicas. Quizás porque estas tienen efectos secundarios palpables.

 

 

Simplificando se podría decir que una adicción es una querencia tan poderosa por algo que conlleva una pérdida de control y reduce nuestro espectro motivacional a esta sustancia o a su consecución.

 

Como hemos leido arriba la CIE-10 reduce las sustancias capaces de desencadenar una adicción a las psicotrópicas; drogas -medicamentos incluidos-, alcohol o tabaco. El café no se menciona por estar aceptado socialmente y no tener efectos nocivos comprobado. (Aunque algunos médicos se empeñen en prohibirlo.)

 

Por otro lado, según la descripción comportamental y motivacional de la CIE-10 uno puede ser adicto a casi todo; a las drogas, a la comida, a la lectura, al sexo, a internet, a la pornografía, al deporte, a comprar, al juego, a las emociones fuertes o al trabajo, por ejemplo. (Si alguien tiene un interés sincero por entender que pasa por la mente de un adicto que se olvide de manuales diagnosticos y lea "El jugador" de Dostojewski)

 

 

Pero como la aproximación de la CIE-10 no es fenomenológica( su propósito no es entender ni explicar el mecanismo psíquico subyacente a la adicción) codifica las adicciones en diferentes categorías, obviando sus similitudes motivacionales, emocionales, comportamentales y fisiológicas.

 

Así por ejemplo, la adicción a la comida la encontramos codificada entre los F5 Síndromes del comportamiento ascociados con alteraciones fisiológicas y factores físicos. La adicción al sexo forma parte de un grupo de trastornos incluido en la categoría diagnóstica de ‘Impulso sexual excesivo’

 

Otras como la adicción al trabajo están socialmente aceptadas  y no se codifican. No se considera adicción. Pero un "Workaholic" es un adicto al trabajo, alguién que siente una necesidad incontrolable de trabajar, para el cual el trabajo pasa a tener prioridad absoluta (por encima de la familia, los amigos u otras actividades) y que sufre -e incluso puede llegar a morir- cuando no puede hacerlo, por ejemplo porque se vea obligado a jubilarse.

 

En Alemania existe un juego de palabras que dice: "Jede Sucht entsteht aus einer Sehnsucht"; "Toda dependencia proviene de un anhelo".

 

Pero, ¿qué es lo que anhelamos?

 

Quizás un calmante, algo capaz de borrar nuestros miedos, de tranquilizarnos, de darnos seguridad. A veces se busca una salvación. Y sin darnos cuenta entramos en una espiral en la que la droga pasa a ser motivador y motivo, un circulo cerrado, sin escapatoria.

 
Donald Winnicott introdujo un concepto en su teoría del desarrollo psicológico al que llamo la "capacidad para estar solo" que nos puede ayudar a entender los orígenes de las adicciones.
 
Según Winnicott en los primeros meses el bebe es absolutamente dependiente de su madre. Para su supervivencia depende de que la madre - o un adulto capaz de sustituirla- este presente todo el tiempo, de forma que pueda responder a sus necesidades emocionales, afectivas y alimenticias y sea capaz de tranqulizarlo.
 
En este estadio el bebe no debería nunca tener la sensación de estar sólo pues carece completamente de estrategias para tranquilizarse.
 
Si esta fase se desarrolla más o menos bien el bebe sentirá que vive en un mundo bueno y podrá pasar a la siguente fase: la de la dependencia relativa.
 

 

En esta fase la madre, insitintivamente, va dejando que el niño experimente pequeñas - pequeñas - frustraciones, para que vaya dandose cuenta de que, aunque el mundo es bueno, sus deseos no pueden ser siempre satisfechos inmediatamente. El niño debe ir perdiendo poco a poco la sensación de potencia absoluta respecto al ambiente y desarrollando otras capacidades como la tolerancia a la frustración o la paciencia.
 
A la vez podrá ir desarrollando su capacidad de estar solo, lo cual, aunque suene paradójico, debe ocurrir en presencia de la madre. Con la seguridad de fondo de que, llegado el caso,  hay alguien que le protegerá y tranqulizará, el niño puede ir realizando los primeros incursos en el mundo de forma autónoma e ir aprendiendo cómo es éste independientemente de su madre.
 
Lo dicho: esta capacidad sólo podrá desarrollarse si el niño no esta solo realmente, si lo estuviese no podría experimentar; debería centrar su atención en potenciales peligros.
 

Y no será hasta mucho más tarde cuando el niño sea capaz de estar solo realmente. Y esto de forma progresiva hasta la edad adulta. (Incluso un adolescente de 14 años no debería estar solo todo el día pues, aunque no lo parezca, todavía necesita a sus padres. Y la televisión o el ordenador no son sustitutos equiparables.)

Los niños que no desarrollan esta capacidad pueden dar la sensación de (pseudo)autonomia pero al no haber podido desarrollar la capacidad de auto-tranquilizarse, de saber estar solos, la paciencia o la tolerancia a la frustración, la buscarán fuera.

 

Y un calmante debe ser contingente, seguro, algo de cuyo efecto no quepa duda. Es por ello que las drogas son tan atractivas.

 

Además esta capacidad de auto-calmarse, la sensación de vivir en un mundo bueno, se puede perder. Una de las consecuencias de una trauma no superado es esta; la pérdida de la sensación de vivir en un mundo bueno. Después de un trauma, el sistema nervioso autónomo se sobreactiva y aumenta nuestra vulnerabilidad a las adicciones.

 

El apoyo social que recibamos inmediatamente después nos puede volver a enseñar a estar solos.

 

En resumen, la capacidad de estar solo depende en parte de que el mundo se perciba como bueno y seguro y en parte de que uno mismo se perciba como agente, es decir, con un poder relativo de influir sobre las cosas.

 

Lo reconozco,fumo porros a diario, me fumo uno y
es como poner la radio, pero por dentro de mi amarga
cabeza,siempre tan sola y tan llena de tristeza.
Me salen las canciones que a mí más me molan,
las musiquillas que a mí más me motivan,las
amarguras se vuelven amapolas y las tristezas
me alegran la vidaaaa.!

                               Estopa

 


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Comentarios: 3
  • #1

    Ramón (lunes, 30 diciembre 2013 10:24)

    Tan interesante me has parecido tus reflexiones que te he escrito un mail con comentarios. Cuando estudié filosofía pensaba que el principio de identidad es anterior al de contradicción. Ahora pienso que se complementan. La identidad del niño se complementa con las contradicciones del mundo. Aprender a estar solo, es importantísimo. Aprender a estar con otros, también. Creo que una de los principios que primero se aprende es el de causalidad, ya que no solo limita el "conciencia de potencia absoluta", sino la adicción a la "casualidad". La vida tiene paradojas. Los círculos viciosos son mas complicados de romper cuando nos ocupamos de "viciosos en grupo". Te felicito por lo sugerente de tu escrito. Sigamos.

  • #2

    Ataulfo Chango (lunes, 30 diciembre 2013 14:26)

    Sr. Ramón...Qué quiere usted decir exactamente? No acabo de entender su discurso. Donde quiere ir a parar?

  • #3

    RAFEL BERGA RUIZ (lunes, 02 septiembre 2019 12:44)

    Pués el miedo a la soledad me da un poco de risa.Yo soy un solitário desde los 20 años y no tengo miedo a la soledad.