Los genes saltarines

El otro día mi amigo Luis (científico) me mandó un artículo titulado "Los genes saltarines".

 

Cito: "Lo usual es atribuir la causa de las enfermedades mentales al entorno, con algunos raros casos de origen genético. La vanguardia de la patología molecular —la ciencia que busca las causas últimas de la enfermedad humana— está derribando ese paradigma al mostrar hasta qué punto el entorno actúa a través de los genes".

 

Esta frase es un oxímoron.

 

Comienza diciendo que se está derribando el paradigma de que las enfermedades mentales son causadas por el entorno, para concluir diciendo que el entorno actua a traves de los genes. Una de dos: o es un oxímoron o una trivialidad, pues, ¿a través de qué iba a actuar, si no de los genes?

Genes, biología y psique son distintos niveles del ser humano.

 

Y tanto las enfermedades mentales como el comportamiento normal esta influido por el entorno y en última instancia regulado por los genes.

 

Decir que los genes son la causa de la conducta - en este caso esquizofrénica- es como decir que la música que oigo en la radio esta causada por el vibrar de una membrana. Si, es cierto, pero es trivial pues no aporta nada nuevo sobre la melodia (que es lo que en última instancia importa).

 

En un artículo científico que aparecía en el Spiegel en el año 2003 se leía esta frase: "La historia de la evolución de la vida desde las primeras bacterias hasta el homo sapiens puede leerse como una grandiosa emancipación de los genes".

 

 

Los periodistas cometen un grave error al presentar un artículo de este modo. El lego que lo lea puede pensar que se ha encontrado "una" causa de la esquizofrenia, cuando, de momento no se ha encontrado más que una correlación, que, como es tendencia en este tipo de estudios, será seguramente rebatida por el siguiente Paper.

 

Pero la confusión va mucho más allá.

 

La ceguera cientifica, provocada por la moda de buscar la causa de todo comportamiento en los genes o los neurotransisores, los lleva a ignorar olímpicamente los factores ambientales. En este ámbito prácticamente no hay  investigación. No la hay porque los factores psicosociales son demasiado complejos para operacionalizarlos y investigarlos con el paradigma causa-efecto de las ciencias naturales.

 

¿Que hacer?: se ignoran y se mencionan al final del artículo.

 

Al igual que Skinner, que, para operacionalizar la conducta humana y convertir la psicología en una disciplina científica (que nunca será, en el sentido en el que lo son la física o las matemáticas), borró del mapa todo aquello que media entre el estímulo y la respuesta.

Es decir: se cargo de un plumazo todo lo típicamente humano.

 

Pero el batacazo vino pronto. Los conductistas se vieron obligados al poco tiempo a ampliar su enfoque, que en su versión moderna pasó a llamarse cognitivo-conductual y es un secreto a voces que cada vez va tomando prestados más conceptos de su gran enemigo: El psicoanálisis.

 

 

Sin una teoría de la mente no se puede investigar al ser humano. Los conductistas lo intentaron y fracasaron.

 

Y como parece ser una característica del ser humano no  aprender de los errores, ese minmo error lo repiten ahora los genéticos de la conducta.

Resumiendo: que los genes influyen nuestro comportamiento está fuera de toda duda. Ahora, otra cosa es pensar que hemos encontrado un gen o siquiera un conglomerado de genes que expliquen un comportamiento concreto. Estamos infinitamente  lejos de ello y seguramente no hay una única forma de llegar a desarrollar esquizofrenia sino infinidad.

 

Cuando se depriva a una persona sensorialmente al poco tiempo esta alucina u oye voces. ¿Ha habido una activación de los genes saltarines? Pues esto le ocurre a cualquier persona. Todos tenemos la predisposición a alucinar. Solo falta que se den las circunstancias idoneas.

 

Otro gran desencanto para los secuaces de los genes es la constatación que los animales clonados, no solo se diferencian físicamente de sus modelos sino que se comportan de un modo completamente distinto. Además, esto es así desde un primer momento. El ambiente no comienza a hacer efecto despues del nacimiento, sino que ya en el vientre de nuestras madres hay influencias externas que nos van formando.

 

Una decepción para Rael, el fundador de la secta Raeliana que planeaba clonar a Adolf Hitler para llevarlo a juicio.

 

El autor del artículo "Los genes saltarines" concluye en su artículo:

"Los científicos de Tokio, sin embargo, han sido capaces de demostrar el efecto de ciertos factores del entorno, de los que se sabe que aumentan el riesgo de esquizofrenia en una variedad de situaciones, sobre todo en los periodos perinatales y neonatales, con unas altas tasas de movilidad del transposón L1."

 

Como dicen los alemanes: Wie jetzt? (Cómo ahora?)


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Comentarios: 5
  • #1

    llauisset (sábado, 18 enero 2014 04:20)

    ja ja yo lo que entendí es que se empezaba a ver unas correlaciones (que es un primer paso para entender) entre el ambiente y los genes...por cierto que en física no todo es tan claro y fácil. por ejemplo en radioterapia, el radiooncólogo dice que en esta zona hay que depositar cierta dosis, nosotros no podemos meter en el cuerpo un dosímetro para ver la dosis que vamos depositando durante el tratamiento de radioterapia. por lo que hacemos una aproximación de interacciones de fotones con la materia tipo "la vaca es esférica": asumimos un cuerpo hecho de agua (excepto los pulmones) y demás aproximaciones basándonos en una imagen de TC...y creemos que funciona.
    hay que ir paso a paso

  • #2

    Juan Luis (martes, 21 enero 2014 12:48)

    Todo esto de los individuos y sus entornos me recuerda los esfuerzos de tantos expertos (en su mayoría científicos) por sacar adelante a especies en peligro de extinción. Se estudian los procesos endogámicos, las sensibilidades a cepas de virus, etc, etc, etc. Las especies –y esto es un axioma que se transmite como algunas ETS, vía oral- son bio-indicadores, esto es, indicadores vivientes que nos indican la calidad de determinado entorno. La ausencia de una especie, o su deterioro- dan pistas sobre la calidad de un ecosistema concreto. De repente, el transposón L1 es del tamaño de un lince ibérico o de un rinoceronte blanco. El individuo enfermo es el entorno y la muestra de tejido para la biopsia microscópica es un elefante……o un ser humano, a la postre, esquizofrénico. En términos absurdos, y dentro de un sistema perverso, un esquizofrénico no es más que una gallina ponedora que deja de cumplir su función…..producir. Veo lógico y con una leve sonrisa en los labios – perdón por pecar de paternalismo incipiente- que si algo o alguien no funciona, se le abra, se le desmonte y se le reduzca a tejidos, moléculas o neurotransmisores, con tal de ver que desorden oculta dentro. Es lo que hacen los niños cuando tienen la oportunidad de investigar un nuevo elemento y es conmovedor. Personalmente me cuesta entender, o no lo puedo entender, la dicotomía entorno-individuo como dos elementos diferenciados, del mismo modo que no entiendo la dicotomía individuo-célula. ¿Dónde paro de descuartizar? ¿cuándo dejo de cortar?

  • #3

    Ramón (lunes, 27 enero 2014 18:33)

    Coincido con Juan Luis no solo en e tema del intento de separación entre el entorno y el individuo, sino también en el cuestionamiento de cuándo dejar de cortar. Creo que una de las aportaciones de fiosofía a la ciencia es el no quedarse en las causas inmediatas, ya que nos podemos preguntar por "la causa de la causa" e ir retrocediendo hacia o que llamaron "causa primera", pero hay que evitar el circulo vicioso, no solo desde el punto de vista lógico, o argumental, sino también, no mutiplicando las causas. El principio de "parsimonia", es un buen principio. Yo creo que hay causas anteriores a los genes, pero no dejo de reconocer también que "el fin" que yo persigo cuando quiero conseguir algo, influye a veces tanto como otras causas que son antecedentes, a pesar de ser ésta una causa "consecuente", o sea posterior. El pasado infuye cusalmente, pero el futuro también influye. ¿o es que se puede vivir sin sentimiento futuro?. Me parece interesante distinción que Lain Entrago estableció entre la "espera", la "esperanza" y la "expectativa". No es lo mismo estar viviendo como en una sala de espera, que vivir con expectativas de novedades que pueden aparecer o que podemos crear.

  • #4

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