Poesia

En un fragmento de "Los apuntes" Rilke se pregunta qué pueden valer los versos escritos demasiado pronto. He aquí la mejor definición de poesia que conozco, y sin embargo, pienso que se equivocaba. Del Rilke, joven, emergía ya la mejor poesia.

 

La infancia es la gran subestimada, las experiencias allí valen infinitamente más que todo lo posterior, que se convierte en una mera repetición.

 

Eso si, para escribir hay que aprender a ver, como él mismo advierte:

 

"Qué son aquellos versos escritos demásiado pronto...

Habría que esperar y recopilar sentido y dulzura. Toda una vida, y a ser posible una vida larga y entonces, sólo entonces, quizás consiguiesemos escribir algunos pocos que valiesen la pena.

 

Y es que los versos no son, como la gente suele creer, sentimientos. No, sentimientos tenemos ya suficientemente pronto, los

versos son experiencias.

 

Para escribir un solo verso, es necesario haber visto muchas ciudades, hombres y cosas;

 

hace falta conocer a los animales, hay que sentir cómo vuelan los pájaros y saber qué movimiento hacen las pequeñas flores al abrirse por la mañana.

 

Es necesario poder pensar en caminos de regiones desconocidas, en encuentros inesperados, en despedidas que hacía tiempo se veían llegar; en días de infancia cuyo misterio no está aún aclarado; [...]

 

en mañanas al borde del mar, en la mar misma, en mares, en noches de viaje que temblaban muy alto y volaban con todas las estrellas -y no es suficiente incluso saber pensar en todo esto. Es necesario tener recuerdos de muchas noches de amor, en las que ninguna se parece a la otra.

 

Es necesario aún haber estado al lado de los moribundos, haber permanecido sentado junto a los muertos, en la habitación, con la ventana abierta y los ruidos que vienen a golpes. Y tampoco basta tener recuerdos.

 

 

Es necesario saber olvidarlos cuando son muchos, y hay que tener la paciencia de esperar que vuelvan. Pues, no los recuerdos mismos, no son aún esto. Hasta que no se encarnan en nosotros, sangre, mirada, gesto, cuando ya no tienen nombre y no se les distingue de nosotros mismos, hasta entonces no puede suceder que en una hora muy rara, del centro de ellos se eleve la primera palabra de un verso"

 

R.M. Rilke "Los apuntes de Malte Lauren Brigge"


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