El poder y la muerte

 

¡La muerte me cabrea!” exclama indignado un multimillonario.

Y para combatir el cabreo hace una transferencia generosa a una organización especializada en inmortalidad. 

 

 

Ni el miedo, ni la busqueda de soluciones a este problema son nuevos.

 

Filogeneticamente, desde que el hombre es hombre -y puede que sea precisamente eso lo que le hace humano- y ontogeneticamente desde que el niño toma conciencia de ella, la humanidad teme a la muerte.

 

Pero temer y confesar nuestros temores nos hace vulnerables y ningún poderoso quiere ser vulnerable.

 

Es mejor enfadarse y emprender, es decir, montar una start-up!

 

Las religiones, que viven del miedo de sus fieles, ya tenían el problema cubierto; la vida eterna, el paraiso virginal, la reencarnación...soluciones al gusto.

 

Pero eso era antes. Ahora nos saben a poco, ya no nos convencen, entre otras cosas porque en todas ellas hay que pasar por el incomodo tramite de morir antes.  Además ¿quién nos ofrece garantias?

 

Pero como decia un filosofo; donde está el problema, se vislumbra la solución. Y ahí la tenemos, la nueva religión, especial para nuestros tiempos, con garantia; la ciencia. Con fama de seria, durante mucho tiempo no se ocupo abiertamente de este problema, se fue acercando poco a poco... superar el cancer, curar el Alzheimer y, ahora ya sin tapujos: "VIDA ETERNA PARA TODOS!!", se leia en un serio semanario alemán. A la carta.

 

 

 

Ha caido el último tabu y los adeptos a la inmortalidad van saliendo del armario. Transhumanistas, tecnólogos, médicos, informáticos o simplemente millonarios: nadie quiere perderse esto.

 

 

Y no son los científicos los que han dado el último impulso a esta idea, sino, como no podría ser de otra forma, los informáticos. Están en Sillicon Valley. Silicon Valley es el paraiso de la tecnología. Son los pioneros. Acostumbrados a trabajar con máquinas y en un mundo virtual, ha acabado sacando conclusiones; si todo es posible en el mundo virtual, si no hay límites, ¿por qué va a haberlos en la realidad?, si podemos controlar las máquinas, ¿por qué no vamos a poder controlar la Naturaleza?.

 

 

Y como todo depende del contexto, lo que en algunos lugares sería calificado de delirio (de grandeza) es en Sillicon Valley -y de ahí al mundo entero- un proyecto multimillonario. Y es que ya hay más de 200 americanos -y otros tantos rusos- congelados (crionizados) esperando la resurrección y cada vez más personas respetables que afirman que ELLOS no van a morir.

 

Dicen que el hombre se caracteriza por no aceptar límites, pero..¿qué hombre?, ¿ese que se arrastra cada día a su trabajo absurdo y alienante que le hace infeliz? Ese hombre más que aceptar límites se conforma con cualquier cosa. La humanidad, acepta límites sin tan siquiera plantearse las posibilidades.

 

¿Quién es, pues, ECCE HOMO que no acepta límites?

 

Continuará.


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