Otro año más...

...que se va dejandonos un mal sabor de boca.

 

Aunque habrá gente, igual incluso son mayoría, que miren atrás y sean capaces de hacer una lectura positiva.

 

A nivel individual, esto es posible, aunque para unos pocos afortunados.

 

A nivel global hay que ser muy inocente, tener una gran capacidad para la represión o ser un fiel creyente para llegar a un diagnóstico positivo.

 

¿Que usted no es creyente, y a pesar de eso es optimista?

 

Quizás se equivoca, hay muchas formas de ser creyente. Y nuestra época no lo es menos que otras pues ni siquiera la ciencia esta libre de fe. Hemos cambiado los dioses, pero la fe sigue ahi, "el conocimiento humano aumenta, pero la irracionalidad se mantiene intacta" decía un lúcido.

 

Los posmodernos, milenials, generación xxy o como quiera que nos llamemos parecemos estar volviendo a la época de los griegos. Aquellos ya eran más listos y menos obstinados y no creian en la existencia de un único Dios. Hemos dejado atrás el antropocentrismo pero volvemos al politeismo. Puede que nuestros Dioses ya no tengan características humanas, pero siguen estando subordinados a nuestros deseos, sueños y miedos.

 

Quizás el más importante de nuestros Dioses, nuestro Zeus actual sea el Progreso. Todos los demás estan subordinados a él.

 

Prometeo ha vuelto en forma de transhumanista a traernos el fuego de la inmortalidad, que comenzará a arder, allá por el año 2046. Demeter, la diosa de la maternidad a aparecido con fuerza en forma de clínicas de fertilidad que prometen hijos a cualquier edad, aunque a cambio de una sustentosa ofrenda. Narciso ha subido unos cuantos eslavones en la jerarquia olímpica; este año ha conquistado la tierra.

 

En algún momento, el ser humano comenzó a pensar que se estaba convirtiendo en algo mejor que un ser humano. Allá por el año 1784, tras casi 100 años de Ilustración, una revista berlinesa la Berlinsche Monatsschrift formulaba a sus lectores la siguiente pregunta:

 

¿Qué es la Ilustración?

 

A lo cual Kant, un profesor reputado, contestaba.

 

La ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor par a servirse por sí mismo.

 

La ilustración no ha llegado aun al hombre, y probablemente tampoco llegará en el 2018, seguiremos esperando.

 

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Comentarios: 1
  • #1

    Ramón (sábado, 30 diciembre 2017 18:22)

    Me gusta tanto la forma como el fondo del relato. Lo que más me ha chocado, no es el sustrato pesimista con el que se inicia y concluye, sino el que se comience atacando la fe y se concluya con otra virtud teologal (la esperanza). Sería interesante repasar el contenido del libro de Pedro Laín Entralgo (La espera y la Esperanza) y ponernos en la actitud de la palabra que, aunque comparte raíz, hay que injertarla con algo más proactivo para vivir en la dirección del futuro y no sentados en la sala de espera como si fuéramos vegetales que, como dijo Alejandro Casona "Los árboles mueren de pie". Aunque no comparto el tipo de valentía de aquel orgulloso y presuntuoso luchador por la libertad que se atrevió a decir: Prefiero morir de pié que vivir de rodillas". Reconocer que hay fuerzas que no podemos vencer, está en la línea de lo que pensaba Santa Teresa de Jesús al decir que la humildad era la verdad, y la verdad es que estamos entre El cero y el infinito, como diría Artur Koestler. El simple hecho de que, para vivir tenemos que dormir, debería ser suficiente argumento para reconocer nuestra limitación, óntica, gnoseológica, existencial, etc, que la podríamos situar entre El ser y la nada de Jean Paul Sartre. A seguir leyendo...para pensar incluyendo, lo que procede de más allá de uno mismo.