Aprendiendo a ver

Estoy aprendiendo a ver.

No se a qué se debe, pero todo penetra en mí mas hondamente

y no se queda en el lugar en el que siempre solía terminar.

Tengo un interior del que no sabía.

Ahora todo va hacia ahí.

No se que es lo que sucede.

Rilke

 

En el principio era el caos.

 

Al nacer nuestro cerebro se asemeja a una esponja preparada para absorber todo lo que sucede a su alrededor. Este caos impacta sobre el cerebro del bebé y necesita ser ordenado por sus padres.

Si nadie pusiese orden, el niño moriría de sobreestimulacion y pánico.

 

Y es que al nacer solo somos humanos en potencia.

 

Por suerte, en la mayoría de las ocasiones, hay un adulto que se ocupa de transmitirnos el filtro que, una vez interiorizado, clasificará de forma automática los estimulos relevantes de los que no lo sean.

De los no relevantes muy pronto ya no seremos conscientes.

 

Y una vez que nuestras percepciones hayan tomado forma, ya estamos preparados para pasar por el siguiente filtro: el lenguaje.

 

Este volverá a mermar nuestra realidad.

 

Si todo transcurre normalmente, estos filtros sucesivos conseguirán que nuestro mundo se parezca cada vez más al de la mayoría.

 

Nos convertiremos en individuos adaptados y felices por ver coincidir nuestras percepciones con las del resto de los humanos.

Nos sentiremos acompañados.

 

Por suerte o por desgracia (esto depende del grado) este filtro siempre tiene grietas.

 

El fotografo de Blow up (Antonioni) es un joven con un filtro funcional.

 

Despreocupado, aunque un poco sin ton ni son, se pasea por las calles de Londres, donde va topandose con gente tan absurdamente adaptada como él mismo.

 

Este sueño termina de golpe el día en que su cámara percibe ese detalle que (re-)abre la grieta en su mente.

 

Su realidad comienza a tambalearse.

 

Aprende a ver.

 

Pero, horror, de pronto se da cuenta de que está solo.

 

Y de que no hay vuelta atrás. ¿O si?

 

¿Es posible, abierta la grieta, volver al simulacro?

¿Es posible vivir al margen de éste?

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Comentarios: 1
  • #1

    Ramón (miércoles, 09 mayo 2018 10:00)

    Interesante tema para reflexionar, pero, no en solitario, sino después de escuchar, leer, ver películas y otras obras de arte como me ha pasado a mi el pasado fin de semana en el Palau de les Arts escuchando y viendo TOSCA y participando en el curso sobre Estética Modal que comenzó, como tu escrito, repasando los niveles de complicidad desde la materia, pasando por la organización de la misma en seres vivos, sentientes y llegar a los que hacen y/o disfrutan de lo que llamamos arte. Me hubiera gustado que hubieras participado. Como tengo las ponencias grabadas, igual las podrás oír y ver en otro momento. En el próximo año, igual se pueden leer más desarrolladas en el segundo tomo que espera publicar Jordi Claramonte. Ya hablamos. Le he dicho a Roberto que podéis contar conmigo para lo del día 18. Yo lo he puesto también en mi Facebook