Diario de una pandemia: los niños y otros heroes

Una de las cosas que más clara y a la vez más imperceptiblemente se han visto afectadas en las últimas semanas ha sido el lenguaje. Nuevos conceptos eufemísticos han hecho su aparición, enmascarando, nunca mejor dicho, nuestra percepción de la realidad.

 
Decimos confinamiento en lugar de encierro y hablamos de nueva normalidad en vez de admitir que estamos ante una situación insostenible de violación de todas las libertades. Llamamos incivica a esa persona que sale a airearse un poco, para no volverse loco (según dicen suelen ser hombres) y el significado de respeto va quedando reservado para aquel que guardar la distancia con el otro, pues al parecer es la distancia lo único que hoy se merece respeto.

 

Paralelamente otros conceptos pierden el sentido. Como le ha ocurrido al concepto de heroe. Hasta ahora un heroe era lo contrario a lo que hoy significa. De entrada era un fenómeno individual y poco frecuente y no algo que le sucede a la masa. Además no era algo que te sucedía sino que implicaba una decisión coonsciente.
Sin embargo, aunque algunos más que otros, hoy todos somos heroes; los médicos y sanitarios que acuden a su trabajo, las farmacéuticas que buscan con esmero esa vacuna que las sacará de la pobreza, los científicos, los que se quedan en casa, los policias etc...etc...

 

El único que no puede ser hoy un heroe es el que no acata la ley y sale a la calle sin un motivo de peso.

 

Hasta ahora a una persona que soportaba con sacrificio y sin emitir queja alguna su destino no se le llamaba heroe. Para ello había otras denominaciones como sumiso, obediente, manipulable, bienmandado, manejable, subyugado y alguno más.

 

El mitólogo Joseph Cambell, uno de los mayores expertos en el tema decía que:
 "las historias del héroe siempre implican una suerte de viaje. Un héroe abandona su entorno cómodo y cotidiano para embarcarse en una empresa que habrá de conducirlo a través de un mundo extraño y plagado de desafíos“.

 

Hay un punto en el viaje en que la persona debe tomar una decisión. Si la toma, se decide por el viaje y si no, se rinde a su destino. Sin embargo la situación que vivimos hoy es incompatible con decidir invididualmente. La única decisión que hoy se puede tomar individualmente es desobedecer.

Es decir: hoy es imposible ser reconocido como heroe. Así que piensa que si te llaman heroe, te estan llamando sumiso.

 

¿Y cuál es la población sumisa por definición?

 

Aquellos que no tienen poder de decisión. Los más debiles, es decir, los niños y los ancianos en residencias.

A los segundos se les ha dejado morir.

Y a los primeros se les ha nombrado superheroes. (El ayuntamiento de Denia  les ha otorgado el título de superheroes y heroinas. El título se puede descargar por internet no vaya a ser que a alguno de estos heroes se le ocurriese, ahora que tienen una hora de libertad vigilada, ir ellos mismos a recogerlo y por el camino contagiasen a alguien.)

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