Robert Musil decía, y comparto su opinión, que si existía el sentido de la realidad, debía existir también el sentido de la posibilidad. Aquel que lo poseía no se dejaba convencer
por los hechos acontecidos, pues sabía, podía imaginar, que todo podría haber sucedido de otro modo.
Así, cuando la vida puso al primer ser humano en la tesitura de tener que decidir entre cuál era el camino deseable para la humanidad si el del éxito, la
riqueza y el poder sobre otros o el del goce inmediato de los sentidos, la contemplación de la belleza y la trascendencia, este decidió y henos aquí.
No sabemos que hubiera sido de nosotros como especie si los dados se hubiesen decantado hacia el otro lado, pero tengo la sospecha de que ese primer hombre (y
sus descendientes) no se hubiese arrepentido.
La humanidad prefirió la via que Epicuro denominó "de los deseos ni naturales ni necesarios" es decir la del éxito y estatus. El filósofo pensaba que esta senda
no podría conducir nunca a la felicidad, pero como no hay nada que a los humanos nos cueste más que reconocer el error, aun siendo cada vez más obvia la equivocación, antes lograron
convencernos de que nuestros sentidos nos engañaban que de que quizás debieramos rectificar.
Hoy desconfiamos de lo sensual y admiramos al hombre abstracto. En su libro "La filosofía del vino" el escritor húngaro Bela Hamvas desnuda sin
piedad a este ser que, en su faceta de ateo, puritano o cientificista ha ido ganando poder y multiplicándose.
Según Hamvas este ejemplar humano "no conoce el amor sino el instinto sexual, no trabaja, sino que produce; no se alimenta sino que consume; no duerme, sino
que recupera la energia biológica; no come carne, patatas, ciruelas, peras, manzanas o pan con mantequilla y miel, sino calorias, vitaminas, hidratos de carbono y proteinas; no beben vino
sino alcohol; se pesa semanalmente; cuando les duele la cabeza, toma ocho tipos de medicamentos; cuando les da una diarrea por tomar mosto, acude corriendo al médico; discute sobre la
esperanza de vida de los hombres y considera que el problema de la higiene es imposible de resolver porque, aunque puede lavarse y quitarse la suciedad de las unas con jabón, y quitarse el
jabón con agua, todavía no se ha decubierto nada para lavar el agua".
Queremos invitaros a un pequeño paseo por la filosofía del vino de Bela Hamvas acompañados tambien por aquel viejo griego que, desde su "Jardin", afirmaba que
la única condición para que el placer se nos apareciera como un bien era tener sentidos y ser de carne.
Por una vez la vida abstracta se sentará en el banquillo de los acusados y la confrontaremos con todo aquello que nos ha hecho condenar, olvidar y perder.
Sumergiéndonos en los placeres sensuales del vino os esperamos en la bodega "Les Freses", un idílico lugar situado en las faldas del Montgo en la localidad de Jesus
Pobre, para celebrar la vida.
Y es que al final solo quedaron dos; Dios y el vino.
Reservas aqui:
"Porque el vino es amor en estado líquido y toda ebriedad tiene su origen en el amor" Bèla Hamvas
Os invitamos a esta charla-cata utilizando el vino como metáfora de eso que da sentido a nuestras vidas; la conexión con nosotros mismos y con el otro, pretendemos ofrecer un contrapunto
a esta vida centrada en el espectáculo y la producción, en la salud como fin y no como medio.
Centrándonos en algunos aspectos de la filosofía de Epicuro, como la búsquqeda de la Eudaimonia, es decir, la persecución de una vida plena en la que no se descuiden los placees
sensuales, queremos hacer apología del estilo de vida mediterraneo.
Los mediterraneos se han caracterizado siempre por la importancia dada a los placeres inmediatos; la bebida, la comida, la amistad, el amor y la fiesta.
En nuestra charla nos detendremos en cada uno de estos aspectos y para que la experiencia no quede confinada al plano de la abstracción, tan propio de la filosofía maridaremos la
experiencia con (al menos) una experiencia sensual: la cata de vinos, en este caso Extremeños.
Os esperamos!!